18/6/08

Lectura 2. Apuntes Sobre Diseño Urbano

Dicken Castro

Nos vamos acostumbrando a aquello que nos rodea y perdemos nuestra capacidad crítica: miramos pero no vemos, no hay análisis, ni curiosidad, ni deleite con respecto al paisaje urbano. La ciudad –obra del hombre- no nos sugiere nada. Es un instrumento, una tierra de nadie en donde vivimos.

Una amplia gama de espacios creados para usos determinados: empezando por la plaza pública y terminando en los patios privados, producían sistemas urbanísticos completamente concatenados que ofrecían sorpresas y experiencias plácidas en su transcurrir, por lo espontáneo y natural de las soluciones. Los edificios que circundaban los espacios urbanísticos se construían con unas mismas técnicas y materiales de construcción. Las limitaciones técnicas generaban regímenes de altura, que daban homogeneidad al conjunto. Sólo sobresalían las estructuras que albergaban actividades religiosas y de gobierno. Las poblaciones se aferraban cariñosamente a los sitios, sacando provecho de su topografía y accidentes naturales. El valor de la tierra permitía tener espacios abiertos que servían de pausas y aislamientos a las áreas construidas.

Con la irrupción del hombre del campo a la ciudad, mejores medios de transporte, creación de nuevas fuentes de energía e industrias, las poblaciones sufren cambios que atentan contra la integridad urbanística. La ciudad no está preparada para tales modificaciones. Se improvisan soluciones en la misma forma como el hombre actúa ante calamidades, con el único objeto de poder subsistir. Poblaciones y ciudades van degenerando hasta volverse sitios de confluencia y no de convivencia.

El aviso se apodera sin piedad, y en todos los tamaños de las fachadas de los edificios, las zonas dejadas para la contemplación y el descanso, o la cómoda circulación de los peatones es conquistada por contrabandistas o sus agentes, pordioseros, infancia desamparada, etc. Los cables tejen gigantescas y difíciles telarañas. La mugre y el desaseo, los olores no santos invaden los centros de las ciudades, en una palabra el mundo urbano visual es caótico, feo, desagradable.

No se pretende estancar e ignorar las nuevas circunstancias creadas por el automóvil, el crecimiento urbano y el avance tecnológico. Que se aproveche lo poco que nos queda, oigamos las lecciones del pasado y pensemos más en la ciudad que en la solución individual. No convirtamos nuestras ciudades en parrillas indiscriminadas de calles para el uso exclusivo del automóvil, sin pensar en una medida y un tiempo para el habitante de la ciudad, en tal forma que éste pueda tener intervalos y experiencias espaciales de acuerdo a las diversas actividades. Hagamos al habitante de la ciudad, más consciente de que ésta fue creada para su beneficio y que él contribuya a su defensa y a su apropiado mantenimiento y mejoramiento.

El individuo, con la movilidad que le dan los modernos medios de transporte se desarraiga y pierde el interés en su colectividad sin realmente hacer parte de un grupo humano. No hay ninguna relación entre el sitio en que se trabaja, con quién se trabaja y el sitio en donde se vive. No hay posibilidad de establecer contacto de amistad con el vecino y éste es un extraño y muchas veces un enemigo. Se va perdiendo ese ambiente, ese toque que debe caracterizar a las agrupaciones urbanas de convivencia y comunicación.

Actualmente, un exagerado ánimo utilitario no permite al constructor dejar espacios libres que den respiro a los edificios construidos. La máxima utilización del terreno da origen a un agobiante apiñamiento. Las áreas de descanso no se aíslan suficientemente de las de circulación y ruido, convirtiendo a la ciudad en un lugar tranquilo.

Los automotores dominan el “tempo” en todas las áreas públicas de la ciudad, impidiendo al ciudadano transcurrir con el ritmo propio del peatón. Buses y camiones se apoderan estratégicamente de las áreas más importantes de la población, con las secuelas de talleres, montallantas y bombas de gasolina, las cuales vienen a deteriorar definitivamente el paisaje urbano.

En el diseño de avenidas, no se atiende a la relación del ancho de éstas con las construcciones adyacentes, lo importante es que en estas vías puedan circular el mayor número de automotores. Si un árbol centenario se interpone, abajo con él, y que todo sea por el progreso.

Las construcciones que definen el espacio urbanístico son ejecutadas como entidades individuales y se convierten en monumentos a las compañías y a los arquitectos e ingenieros que las construyen, sin contribuir a la creación de un auténtico espacio urbano.

Un falso criterio de prestigio nos obliga a adornar nuestra casa con la intención de que se diferencie profundamente con la del vecino, utilizando rejas y superficies de recubrimiento, costosas y complicadas. Olvidamos materiales más baratos, aún humildes, que darían más homogeneidad y belleza a nuestras ciudades. Los conceptos de que nuestra casa, nuestro predio hacen parte de una entidad, un barrio, una ciudad, nunca los tenemos en cuenta y triunfa la individualidad en un aspecto en que por el contrario se debería considerar al conjunto, a la colectividad.

Subsisten en Colombia y el en mundo ejemplos de ciudades hechas por “Hombres que construyeron lo que amaban y amaron lo que construyeron” y que aún conservan óptimas características para el desarrollo de una convivencia más amable, y es en estos ejemplos a los cuales nos debemos referir para encontrar algunas soluciones para la ciudad, que le devuelva su antigua condición y carácter.
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De Dicken Castro, Forma Viva – El Oficio del Diseño -, Escala Fondo Editorial, Bogotá, s.f.

Lectura 1. La Ciudad y la composición del espacio público.

Borja Jordi, El Espacio Público: Ciudad Y Ciudadnía. Ed. Electa. Barceloana 2003

El desarrollo desenfrenado de las ciudades y la poco acertada planificación de las mismas, ha llevado al menoscabo del espacio público. Antiguas y amplias áreas libres de las ciudades no fueron adecuadamente utilizadas y pensadas como espacios abiertos que se debían conservar y aún mejorar para el bien común. Por el contrario fueron y siguen siendo construidas sin considerar la importancia que tiene el espacio público para el desarrollo de las relaciones interpersonales y el esparcimiento de los habitantes de cada ciudad.

La concentración de la población mundial en los centros urbanos conlleva a una mayor densificación habitada con un claro detrimento del espacio público en las áreas urbanas.

“El espacio público define la calidad de la ciudad, por que indica la calidad de vida de la gente y la calidad de vida de sus Habitantes.
¿Qué es un puente? Preguntaba el falsamente ingenuo Julio Cortázar. Y se respondía: una persona atravesando un puente. ¿Qué es una ciudad? Un lugar con mucha gente. Un espacio público abierto y protegido. Un lugar, es decir, un hecho material producto de sentido. Una concentración de puntos de encuentro. En la ciudad lo primero son las calles y las plazas, los espacios colectivos, sólo después vendrán los edificios y las vías (espacios circulatorios).

Los egipcios representaban la ciudad como un jeroglifico. El círculo representa el lugar, la comunidad de personas, la organización política, la identidad cultural. La cruz representa los flujos, el intercambio, las movilidades, las relaciones con el exterior. La síntesis de lugares y flujos se realiza en el espacio público, lugar de la cohesión social y de los intercambios.

Decir que la ciudad es la gente es ya un tópico, una expresión atribuida entre otros a Sófocles, Shakespeare y Goethe. Y en este caso gente no sólo quiere decir tamaño y densidad, es decir una concentración más o menos grande de personas, sino también diversidad, heterogeneidad, relación entre individuos y colectivos diferentes. Desde Aristóteles, que en su texto La Política defendía que la ciudad debe estar compuesta por diferentes clases de personas, que no existe la ciudad si la población se asemeja mucho. Hasta Louis Wirth que en su texto clásico Urbanismo Heterogeneidad Social. La filosofía y la sociología coinciden en enfatizar la ciudad como lugar donde se concentran y conviven las diferencias de origen, de aptitudes, de actividades... admitiendo también que esta diversidad favorece lo imprevisible, introduce desorden y hace más posible la innovación.
Para Habermas, la ciudad es sobre todo el espacio público donde el poder se hace visible, donde la ciudad se fotografía, donde el simbolismo colectivo se materializa. La ciudad es un escenario, un espacio público que en cuanto más abierto esté a todos, más expresará la democratización política y social. En consecuencia tanto Habermas como Sennet llaman la atención sobre las dinámicas privatizadoras del espacio urbano como una negación de la ciudadanía que supone el reconocimiento de los ciudadanos como sujetos activos e iguales de la comunidad política, a los que se reconoce el derecho y la posibilidad real de acceder a la diversidad de ofertas urbanas.
La diversidad hace posible el intercambio y tiene como condición que haya un mínimo de pautas comunes- de civismo- que posibilitan la convivencia. Los dos elementos citados, el intercambio o la ciudad como mercado de productos, servicios e ideas, y el civismo o las pautas culturales comunes se expresan y necesitan el espacio público. Sin excluir la transgresión sin la cual no hay apertura al cambio.
La ciudad es entonces urbs, concentración de población, y civitas, cultura, comunidad y cohesión. Pero es también polis, lugar de poder, de la política como organización y representación de la sociedad, donde se expresan los grupos de poder, los dominados, los marginados y los conflictos. El espacio público, como dice Pietro Barcellona, es también donde la sociedad desigual y contradictoria puede expresar sus conflictos. La expresión del conflicto permite sentirse ciudadano, como decía el manifestante de Paris citado y la ciudad como espacio público no es solamente representación, es también escenario del cambio político.”
[1]

Definición general sobre proyecto urbano

Tomado de: “El Projetc Urbà: una experiencia docent” Barcelona, Ediciones UPC, 1999. Traducción y Síntesis prof. Alejandro Echeverri.

Definición general:

Se entiende como un proyecto mixto de varias funciones principales, un espacio acotado pero estratégico, y con unos instrumentos proyectuales también intermedios entre la definición arquitectónica y la ordenación urbanística. Se parte de la geografía de la ciudad dada, de sus solicitaciones y sus sugerencias, e introduce con la arquitectura elementos del lenguaje que dan forma al sitio.



Estrategia:
Intervención sobre la ciudad con piezas medianas o pequeñas mas o menos puntuales y autónomas que se incrustan en un tejido de soporte mas amplio; la suma de ellas, produce una acción de transformación del conjunto del área propuesta

Localización:

Se localiza al interior de la ciudad, con un programa de reforma precisa. Referido a un área significativa de la ciudad existente, de tamaño medio (entre 5 y 50 hectáreas).
La consideración de su propia posición urbana dentro del esquema funcional de la ciudad es fundamental en la definición del programa como parte propia del propio trabajo del proyecto.

Atención a las preexistencias:
- Atención a los trazados
- A los tejidos
- A la topografía urbana.
- Sistemas naturales como áreas de oportunidad

Las zonas vacantes y el potencial de cambio no están solamente en los terrenos libres sino también en muchos usos y edificios existentes que podrán ser replanteados provechosamente.



Escala:

· Espacio acotado pero estratégico de tamaño medio (entre 5 y 50 hectáreas)

“Tamaño no es lo mismo que escala... Algunas veces grandes proyectos pueden simplemente ser proyectos a nivel local, proyectos irrelevantes. Y pequeñas intervenciones, por el contrario pueden afectar una vasta dimensión urbana, si ellos surgen de una idea que contribuya a la adecuada transformación del sitio, a una interpretación de todos los referentes urbanos.”

Como ejercicio académico entre las escalas arquitectónicas 1:500 y 1:200, y urbanísticas 1:2000 y 1: 5000, exigen en la definición del proyecto urbano los problemas espaciales y funcionales tanto de escala más reducida como de la más grande en la ciudad.

Se podría hacer una analogía con la acupuntura, la acupuntura urbana. Como la suma de agujas y puntadas que una acupuntura aplica a puntos neurálgicos del cuerpo humano, la accion sobre un área como esta, ya muy usada por la ciudad en diferentes formas y momentos, ha de reconocer que se trabaja sobre un organismo complejo y nervioso, en que la intervencion de cirujía u ortopedia globales sería insensata.

Hablamos de combinar grandes estructuras viarias, cambios funcionales extensivos e intervenciones arquitectónicas menudas o espacios públicos intersticiales. La acupuntura que cura el problema tratando los accidentes. Esto obliga a la comprensión de interdependencia entre lo general y lo sistemático, lo grande y lo pequeño. Aquí no hay dualidad entre el urbanismo macro y el urbanismo micro.


Forma:

La formalización del espacio libre publico y privado y su propia articulación con los usos y el volumen de la edificación. El arquitecto como autoridad de la forma de la ciudad. Voluntad de hacer arquitectura de la ciudad independiente de la arquitectura de los edificios.
Sección urbana: la cota +5 y –5

Elementos :

· Un programa de reforma precisa. Actuaciones que combinen cuatro o cinco (No mas) elementos de programa (equipamientos, trazado viario, parqueaderos, comercio, espacio público o colectivo y residencia), en lugares estratégicos para la ciudad de manera que la intervención se justifique por sus efectos tanto fuera del área como por la propia coherencia interna.


Gestión y tiempo de ejecución:

· Ni arquitectura ni plan, campos de trabajo intermedio, escalas entrelazadas. Instrumentos proyectuales también intermedios entre la definición arquitectónica y la ordenación urbanística. Escala intermedia, se puede ejecutar en pocos años.
· Se plantea como una evolución de la herramienta del plan parcial, haciendo mas practicas y operativas las intervenciones de transformación de ciudad. Delimita con absoluta precisión las áreas de intervención.

· Incorporar operaciones públicas y privadas al mismo tiempo. Componente público importante de la inversión y de los usos colectivos en el programa.

Temas de discusion:

· La discusión continuidad – discontinuidad planteada como una cuestión que no tiene respuesta única, sino diferentes respuestas según la medida de la intervención y la escala de referencia.
· El sistema de lugares públicos como esqueleto de la ciudad: que se comportan como un conjunto articulado de elementos y forman una trama continua de puntos y líneas cuya misión es vertebrar la ciudad y dotarla de una estructura reconocible.

· Intervenir los limites: espacios intersticiales ( periferia interna) como áreas de oportunidad.

· Espacio publico - espacio colectivo.


Bibliografía:

Manuel de Solá-Morales, “La Segunda Historia del Proyecto Urbano, Otra tradición moderna”, Barcelona, UR Nº 5, 1987

Manuel de Sola- Morales, “El Projetc Urbà: una experiencia docent” Barcelona, Ediciones UPC, 1999, pp 13-17


Manuel de Sola- Morales, “Progettare citta / designig cities” : dimension is not scale . Milano, lotus Quaderni documents,1999, pp 52-53

Fases del taller

Fase 1

a. Estudio de textos de referencia y lecturas del lugar. Definición de áreas de oportunidad
El proceso se desarrolla mediante un ejercicio de lectura de la estructura espacial (estudio de la forma) y los sistemas funcionales.
Evaluación: 10%. Capacidad de registro, documentación y manejo de la información recogida. Capacidad de caracterizar el lugar de acuerdo a la lectura de los documentos que se buscan y se producen en los recorridos por el área de estudio. Capacidad de definir áreas de oportunidad a estudiar en detalle.
Documentos: Planimetría de registro y estudio de los temas, barridos fotográficos, información gráfica, planimétrica y modelos del lugar, textos de caracterización del lugar con base en los documentos producidos.

b. Inventarios del área de acción, definición del problema específico, formulación de estrategias
Las lecturas (análisis) van enfocadas a la definición de del carácter de las acciones que se llevan a cabo en las áreas de oportunidad a través del proyecto urbano.
Evaluación: 16%. Capacidad de lectura del área de oportunidad (un territorio menor) y definición de la estrategia de acción en él. Definición de las condiciones bajo las cuales se insertan los proyectos.
Documentos: Planimetría de registro y estudio de los temas, barridos fotográficos, información gráfica y planimétrica del lugar, textos de caracterización del lugar con base en los documentos producidos. Maquetas de estudio de la forma y el espacio. Dibujos planimétricos y prefiguraciones espaciales de las estrategias de acción sobre el territorio.

Fase 2


Inserción de proyectos
Acción específica de proyectar en los territorios bajo condiciones predeterminadas por la estrategia y en escalas de inserción puntual de proyectos.
Evaluación: 24%. Definición y desarrollo del esquema básico del proyecto arquitectónico. Debe sustentar el papel en el lugar y la estrategia. Se enfatiza en la definición del nivel público y su estructura general como proyecto.
Documentos: Planimetrías, prefiguraciones espaciales (perspectivas) insertas en el lugar, maquetas.

Fase 3


Desarrollo arquitectónico del proyecto
Evaluación: 30%. Desarrollo del anteproyecto arquitectónico. Se enfatiza en la definición del nivel público y la definición plástica, espacial y funcional proyecto. La evaluación se hace constantemente en función de la relación del proyecto con el área estudiada y con las condiciones determinadas en las estrategias de intervención.
Documentos: Planimetrías, prefiguraciones espaciales (perspectivas) insertas en el lugar, maquetas.

Entrega Alumnos 1er semestre 2008

Imagenes entrega primer semestre 2008

La Ciudad y el Río
Entorno del río entre la calle 10 y la calle 30






Creditos: alumnos taller Proyecto Urbano.